Una Startup hace referencia a un modelo de negocio con posibilidades de crecimiento, de tamaño reducido, con alta proyección, bajo coste y de duración limitada (en principio). Son las características principales de una Startup. La siguiente pregunta sería ¿Cuándo una compañía deja de ser una Startup para pasar a ser una empresa al uso? Nos centraremos en ello en otro momento, pero una vez definidos los elementos de este modelo, y antes de dejarse llevar a ciegas por el espíritu emprendedor, es importante conocer las claves que se deben tener en cuenta previas al lanzamiento de una Startup.
Lo importante al inicio es saber si se trata de un producto o de un servicio. Para los productos, podemos optar por los conocidos visionarios o early-adopters para que difundan a través de micro campañas de marketing la empresa por las redes sociales. Son capaces de influir en el entorno por ser modelos para algunos públicos.
Es muy importante desarrollar un buen plan de marketing, de medios, realizar apariciones en revistas y blogs especializados. Además de definir cuáles son los canales adecuados puesto que el presupuesto es bajo y no habrá demasiado margen de maniobra. La comunicación es otro elemento clave a tener en cuenta para posicionar a la empresa en su fase de lanzamiento. Debe ser integrada y eficaz.
Hay que crear valor económico con la startup pero no crearla con el objetivo de revolucionar la economía. Paso a paso. Se debe ser ágil y evolucionar porque este modelo de negocio es una fase más de una compañía y el emprendedor debe crecer con ella. Si tiene éxito tendrá una duración limitada, y pasará a convertirse en una empresa al uso.
Hay que generar confianza y por supuesto identificar las herramientas de medición, que son la base del éxito. Hay que medir, optimizar y de nuevo medir, conocer las estadísticas internas y crecer a partir de ahí. Lo importante es escoger las métricas adecuadas para conocer el comportamiento de los usuarios y tener una visión global de crecimiento.